Hemos preguntado a nuestros alumnos de 2º ESO qué esperan del Yoga. Estas han sido las respuestas:
- Flexibilidad, relajación y equilibrio
- Trabajar la mente
- Relajarme
- Estiramiento
- Silencio
- Tranquilidad y relajación
- Compartir con los compañeros
EL YOGA NOS SIENTA BIEN
jueves, 19 de febrero de 2015
lunes, 5 de enero de 2015
Los Guerreros de Iznalloz
¡¡Feliz año nuevo 2015!! Desde Yoga Iznalloz os deseamos un año lleno de felicidad.
Os dejamos con un vídeo sobre nuestro trabajo en IES Montes Orientales, los Guerreros de Iznalloz:
Os dejamos con un vídeo sobre nuestro trabajo en IES Montes Orientales, los Guerreros de Iznalloz:
"Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada, uno se llama ayer y otro mañana, por lo tanto HOY es el día ideal para amar, creer, hacer y principalmente VIVIR", Dalai Lama
jueves, 4 de diciembre de 2014
viernes, 24 de octubre de 2014
jueves, 29 de mayo de 2014
DÍA 7: "CAPTAR EL MOMENTO"
Éste debería de ser el
principio que cada maestr@ debe de aprender a la hora de trabajar con
niñ@s. Estar siempre abierto y presente para aprovechar el momento, todo es una oportunidad de
aprendizaje. Y no me refiero solamente en las clases,sino en el día a día con los niñ@s y también debe
estar reflejado en las diferentes programaciones anuales.
En este caso aproveché el momento que pasaban por Granada
dos grandes yoguis internacionalmente conocidos, Juan Carlos Rosso de la escuela
Iyengar (Venezolano) y Daniela Garza, yoga terapeuta (Méxicana). Ambos maestros
son grandes “voladores” o practicantes
del Acro Yoga.
Les invité a conocer los niños en Iznalloz para
enseñarles a volar, y estaban los dos encantados.
Para volar al estilo Acro Yoga, falta sobre todo confianza, la confianza en uno mismo y en los
compañeros que te van a apoyar en el aire. Es necesario técnica, saber como
colocarte, fuerza y concentración. Es
una gran oportunidad para enfrentarte a tus miedos e inseguridades, trabajar en
equipo y disfrutar plenamente de una sensación de equilibrio y libertad. Las
fotos lo cuentan todo.
Una de las clases más bonitos que hemos compartido. Los niños preguntan por Dani y Juan Carlos todo el tiempo.
Francisco, nuestro alumno con discapacidad intelectual: “¡Maestra, he volado, he volado!”
viernes, 9 de mayo de 2014
DÍA 6: "LA TIERRA"
Hoy vino un padre a tomar la
clase con nosotros. Es el primer padre
que asiste este año, joven, tendría unos 28 años, 30 a lo máximo, es el primo,
creo recordar, de Jairo, o su tío. Los niños estaban comodísimos con la visita,
feliz de tener un familiar compartiendo con ellos en la escuela. Invitar a los
padres es una iniciativa creada por la dirección para promover la relación de
las familias de etnia gitana con el centro. Y funciona. Trabajé en una escuela
en EEUU que su logo
era: “Padres, socios en nuestro aprendizaje” (Parents As Partners in Learning).
Creo que es fundamental la relación familia escuela y nada me hace más feliz
que tener padres y madres acompañándonos.
El tema a trabajar ese día está
relacionado con nuestras raíces, hoy hablamos de nuestra relación con la
naturaleza, con la tierra. Fomentar una buena relación con nuestra madre tierra
es básico. Aprendemos acerca de nuestra propia naturaleza observando y
sintiendo, formando parte de las estaciones del año y de los elementos. Sentir que formamos parte íntegra de este
planeta, de reconocer y disfrutar la
maravilla, inspira la apreciación y el respeto.
En esta práctica de yoga, alineamos con la naturaleza, con nuestra propia naturaleza y la de la que
formamos parte para optimizar, para inspirar nuestra potencia máxima. Traigo
hoy a la clase unas piedras para tocar, sentir y tener cerca durante nuestra
práctica, un cuarzo de rosa, lava, otros minerales y algún fósil. Los dejo en el centro de la sala y los niños
empiezan a cogerlas todos a la vez. Estaban fascinados. Nunca habían visto este
tipo de piedra…. Crea un ambiente misterioso, curioso… una sensación de que sí
formamos parte de un lugar realmente mágico.
Creo que el más fascinado con la
colección de minerales era el padre, cogía su piedra en mano como un niño
explorador, mirándola fijamente, sintiéndola con cada dedo, mirándome con cara
perpleja, mezclada con alegría inocente.
Hicimos una práctica sencilla,
repasando las posturas básicas, de pie, equilibrio, torsiones, abrimos pecho,
caderas, estiramos desde nuestra conexión con la tierra. La relajación hoy fue una visualización guiada. Un viaje interior hacía
un lugar en la naturaleza donde ellos sentían paz y tranquilidad, libertad y
bienestar. Para entrar en la visualización les dije que cogieran la piedra que
más les gustaba y que la colocara en alguna parte de su cuerpo para sentirla
durante su visualización.
Luego compartimos donde
estuvimos. Por ser el primer día compartiendo nuestro mundo interior, las
pinceladas que demostraban eran sencillas. “He estado en una playa” “en el
monte”, “en la playa”, etc. Estas descripciones mejoran mucho con la práctica,
se convierten en escenas monumentales con el tiempo. Lo que más me marcó la memoria, es la mirada del padre al salir de su estado
y al escuchar a los demás. Una mirada de asombro y maravilla, se convertía nuevamente en adolescente, su
cuerpo, su rostro, su expresión… le costó horrores dejar su piedra en el centro
para que lo conociera el siguiente
grupo. Les costó a todos dejar su piedra
en el centro de la clase. Sentía nostalgia.
SEGUNDA SESIÓN
En
el pasillo vi algunos de los niños de la segunda sesión, se acercaron súper
entusiasmados “maestra podemos ir al parque hoy, está aquí al lado, nos llevó
esta mañana la maestra Belén”. Me
parecía una idea estupenda ya que aparte de trabajar la tierra hoy, la sala de
música donde practicamos es un semisótano y en un día que parece de primavera
ahí abajo hace incluso frío (esta una de las razones por las cuales los niños
no quieren quitarse los zapatos en clase. De momento les dejo por el frío).
Nos
acompañó Víctor, el psicólogo de la escuela, todo corazón, sentido común,
sensibilidad e inteligencia. Me traje hoy un tambor, no estaba segura de cuando
ni como lo iba sacar pero nada más ver a
José Adrián, sabía que lo tenía que llevar él. Este es nuestro niño artista,
artista, artista. El tambor, como en otra ocasión el cuenco tibetano, a él le
iba ayudar a nivel vibracional interno, para desbloquear, para mover energía no
deseada, energía relacionado con su estado emocional. Se aferró al tambor, se
apoderó de él, no quiso prestarlo a nadie, yo le miraba a los ojos y le contaba
simplemente que no parara de tocarlo, de sentirlo, de seguir su intuición, de
disfrutarlo, le dije que era un tambor especial, muy sagrado para mi, que me lo cuidara y me lo cuidó, y nos cuidó a todos ya
que tocó constantemente por más de media hora mientras practicábamos.
Después
de un saludo a la sierra Arana enfrente y al sol encima, con la libertad y
alegría que se respiraba, entramos casi automáticamente en posturas de yoga en
pareja. La primera vez que trabajamos estas posturas de dos en dos con este grupo, precioso. Una de las fotos que más me gusta es la de uno
de los alumnos con Anfrisia, otra acompañante de nuestro proyecto, una trabajadora
social. Ver maestros y niños compartiendo risas y sonrisas de alma, me da la
vida. ¡Qué afortunados somos!
En
vez de relajarnos tumbados nos sentamos en las sillas que rodean el escenario
enfrente de la sierra. Entramos en
silencio. Un silencio acompañado del canto de pájaros. Un silencio que nos
conectó con los antepasados de este lugar, que nos conectó con la conocida
Cueva del Agua enfrente y el agua subterránea abajo .Una práctica de
agradecimiento, de paz y libertad, gracias a la Madre Tierra.
DÍA 5
Por la mañana me contaron que teníamos otra visita, dos
profesores de otro instituto. Había programado otra clase básica, repasando lo
que habíamos confirmado la semana anterior sobre lo que en el yoga se trabaja,
la integración de cuerpo, mente y
espíritu.
Los niños del primer grupo tenían la visita y estaban
empeñados en hacerles ver cuan “cool” eran. Me costó mantenerme conectada a
ellos y su energía al 100%, querían moverme por aquí y por allá, así que la
clase era bastante movida y bastante ruidosa, a pesar de lo cual, logramos nuestra meta al 100%. Conseguimos demostrar a
estos señores que el yoga nos enseña acerca de nosotros mismos, nos ayuda a ver
como somos por dentro y por fuera, nos une como grupo, nos hace que aprendamos
a trabajar aquí en equipo, ayudándonos los unos a los otros sin competir, el
yoga es divertido y es relajante.
Para el segundo grupo tuvimos otra visita, un alumno del
año pasado, primo de uno de los que están en la clase, vino a practicar con
nosotros. Fue TAN positivo como modelo y ayudante con este grupo, donde sí
tengo un alumno con TDH y algunos otros con dificultades emocionales fuertes,
que queremos repetir la experiencia. Este alumno compartió con todos lo que le
había dado el yoga, como le ayudó el año pasado cuando había tenido un
accidente de coche, como le ayudó a su padre porque él le podía enseñar algunos
movimientos que alineaban y aliviaban sus dolores. También recordó que le había
regalado una mezcla en un rollon de aceites esenciales que regeneran el tejido
dañado, potentes anti inflamatorios. Con este alumno tengo una buena conexión,
había conocido a sus padres en el mercado donde trabajan en un puesto y me
alegró compartir nuevamente con él. La práctica fue dura físicamente y les
encantó. Pensamos que quizá sería una buena idea invitar a uno de los alumnos
del año pasado a cada sesión… servirían de ayudantes, de modelos….
Vamos a probar. Trabajamos mucho la autoestima en esta
clase haciendo hincapié en el alineamiento de los hombros.
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